El bar que lidera Seba García ya es un nuevo clásico. Tiene la mezcla perfecta de glamour y rock propia del cantinero. La primera impresión es la de un bar de hotel cinco estrellas, lujoso e imponente. Sin embargo, el ambiente es descontracturado. La gente está bien vestida pero no en pose. Bebe, ríe, se relaja y disfruta. Como dijo Inés De Los Santos refiriéndose a Employees Only de Nueva York: “un bar con el clima perfecto donde todo el mundo está pasándola bien”. Eso es Presidente.

Por LORENA MARAZZI
Drinks by Marazzi

Sobrio y elegante, le devolvió a Recoleta el nivel que tanto local for export le había quitado. Justamente el barrio fue una de las premisas que planteó el ex embajador de Campari cuando le propusieron armar desde cero un bar. Pidió que no estuviera en Palermo y que su nombre sea en español. La meta principal: ofrecer un buen servicio con foco en una gastronomía de identidad argentina.

Y si hay alguien que entiende de servicio es Seba García. Además de su creatividad y el cuidado del detalle, su forma de ser anfitrión lo hizo destacarse en cada barra donde trabajó. Porque Buenos Aires goza de un altísimo nivel de gastronomía pero el buen servicio todavía no es habitual.

Seba García. / Foto: Félix Busso.

El nombre del bar hace referencia en parte a la calle donde se encuentra pero más que nada al clásico cóctel cubano y su historia. Llamado “el aristócrata de los cócteles de la clase alta cubana”, era el que ofrecían a los norteamericanos que iban a beber durante la Ley Seca. Al pedir un Old fashioned ó un Manhattan, los cubanos declaraban: “en Cuba se bebe Presidente“.

El jardín cuenta con un eficiente sistema de ventilación para evitar el humo.

La antigua casa que aloja al bar se divide en cuatro sectores: la barra principal; el jardín de invierno donde se puede fumar; la biblioteca, un espacio escondido con otra barra de coctelería clásica y música cubana; y el laboratorio, todavía a inaugurar.

El menú de bebidas se compone de los Cocteles Presidente, la carta de autor; y los Clásicos Presidente, las creaciones de Seba García y Gon Cabado ya consagradas.

Gon Cabado es el Jefe de Barra. / Foto: Isabel Pranteda.

Hay sabores para todos los paladares y el común denominador es el producto nacional. Cada cóctel tiene al menos un ingrediente local de la más alta calidad.

Por ejemplo, el Buenos Aires Zombie, uno de los más instagrameados por su presentación, es un cóctel tiki que además de sus rones y frutas tiene Pineral y licor triple sec Carajo de la Patagonia ($160).

Buenos Aires Zombie, el tiki en su mug original.

El Christallino tiene vodka Finlandia, un destilado de peras williams de Río Negro que da nombre al cóctel, jugo de limón, almíbar, soda y va decorado con pepino y eneldo. Excepto el vodka, todo es producto nacional ($150).

El Julep Pampeano tiene entre sus ingredientes cedrón de La Pampa y viene en un elegante mate de madera ($160). El Primera Dama lleva unas gotas de aceite de oliva Zuccardi ($160). El Bloody Mary tiene jugo de tomates orgánicos de Mendoza y pimentón de Cachi ($150). Y la lista sigue.

Primera Dama. / Foto: Félix Busso.

No falta el cóctel con malbec mendocino, el Tinto Negro, con este malbec, pomelada especiada, jengibre, bitter, piel de pomelo rosado, menta y reducción de berries ($150). Y el Castelar Solamente, favorito de muchos que combina el alma de barrio con la sofisticación. Lleva gin Bombay Sapphire, jerez, St. Germain, Strega, limón y clara de huevo ($155).

Los hielos se trabajan con gran dedicación. / Foto: Félix Busso.

El Negroni merecen un párrafo aparte ya que, como buenos fans de este clásico, no sólo ofrecen varias versiones sino que, en la Negroni Week instalaron un contador. La noche que hicimos la nota llegó a 1.000 Negronis!

De entre ellos se destaca el Negroni Presidente con gin Bombay Sapphire con hibiscus y especias, Campari, Martini rosso, licor de marraschino, bitter y piel de limón ($150). Súper aromático, seco y perfumado. Y el imbatible clásico de García, el Negroni del Sur con ginebra macerada con cedrón, Campari, vermouth casero a base de malbec mendocino con especias y piel de pomelo ($150).

Cóctel Presidente. / Foto: Félix Busso.

Pero el emblema es el cóctel Presidente. Lleva ron Bacardí, Martini dry, licor de naranjas y granadina ($150). Se define como clásico, potente e intenso, características que bien aplican al bar.

Sushi por Martín Ávalos. / Foto: Félix Busso.

La comida, a cargo del chef Martín Ávalos es destacable. Para empezar, son imperdibles las empanaditas de osobuco (4 uds. $120). Las opciones de sushi como el tiradito de pulpo ($270), los niguiris de salmón (2 uds. $160) ó el Tako roll con pulpo, Philadelphia, furikake y tomate cherry (8 piezas $360), son exquisitas. Como principal se recomienda el ojo de bife o el pulpo panka grillado ($290). Y el cacao cremoso con avellanas y dulce de leche de oveja patagónico ($260) es un gran final. Hay tés diseñados para el bar por Inés Bertón ($85) y el café viene acompañado de un chocolate y un shot helado de Cynar 70 ($85).

Ojo de bife con papas españolas y puré de berenjenas ahumadas. / Foto: Félix Busso.

El equipo está formado por Seba García como Director Creativo, Gon Cabado como Jefe de Barra junto a Sabrina Traverso y Martín Fernández. Santiago Elkin lidera la barra de la Biblioteca junto a Juan Quijano. Sofía Piga hace la mise en place. El chef es Martín Ávalos. María Laura Núñez es la Jefa de Salón y sommelier.

La barmaid Sabrina Traverso. / Foto: Isabel Pranteda.

Bajo el concepto de que un cóctel es un todo: desde el servicio, los ingredientes, la cristalería, el garnish, el posavasos, la ambientación y la música; Presidente es el ejemplo de que la coctelería puede ser exquisita, elegante y argentina, y llegar bien lejos.

Presidente Bar
Historias de cocteles
Av. Presidente Manuel Quintana 188, Buenos Aires.
Reservas: 4811-3248 / reservas@presidentebar.com.ar
Abre de martes a sábados de 20 hs al cierre.
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