El Día Mundial de esta espirituosa se celebra el segundo sábado de junio. Comenzó en 2009 con una reunión de amigos fanáticos del destilado, Neil Houston y Emma Stokes, en Birmingham, Inglaterra. Emma es bartender y la principal promotora del festejo anual, con eventos en más de 30 países, llegando a millones de personas en las redes sociales.
Por Lorena Marazzi
DRINKS BY MARAZZI
EL ORIGEN
En 1572, el profesor holandés Sylvius de Bouve agregó aceite de enebro a un aguardiente de grano para crear un medicamento con fines diuréticos al que llamó genièvre. Se cree que esa receta fue la que Lucas Bols utilizó para comercializar el producto bajo el nombre de ginebra. Como hierba medicinal, el enebro ya se usaba siglos atrás por los romanos y los monjes benedictinos; en la Edad Media fue remedio contra la peste y diversas afecciones.
Años después, la ginebra se populariza en Gran Bretaña y, luego de pasar por tiempos oscuros, recién a mediados del siglo XIX, gracias al desarrollo del alambique continuo, se logra una ginebra más pura, donde se reduce u omite el azúcar que se agregaba para suavizar su dureza. Este nuevo estilo se conoció como dry gin y luego London Dry Gin. Esas fueron las primeras ginebras secas y aromáticas características del estilo actual. Legendarios exponentes son las etiquetas Beefeater, Gordon’s, Tanqueray y Bombay Sapphire, gins ideales para disfrutar en cócteles clásicos, como Dry Martini, Negroni, Gimlet o Gin Tonic.
La diferencia entre ginebra holandesa y el gin de tipo inglés reside básicamente en su elaboración, pero ambas comparten el enebro en su composición aromática. En los últimos años, el gin creció de manera exponencial en todo el mundo, sumando otras categorías al London Dry, como los llamados gin contemporáneos del nuevo mundo o de autor, donde suelen destacarse otros botánicos más allá del enebro, como en Beefeater 24, caracterizado por su sabor cítrico mezclado con té sencha, el alemán Monkey 47, artesanal y único con esa cantidad de botánicos, y el escocés Hendrick’s, con la particular presencia de pepino y pétalos de rosa. También surgieron gins saborizados, como Tanqueray Flor de Sevilla, con notas cítricas de naranjas españolas, y el Beefeater Pink, con un toque frutal, entre otros.
JUGANDO DE LOCAL
Argentina no es la excepción. Hay numerosos ejemplos de gins nacionales de gran calidad y premiados internacionalmente. El pionero fue Tato Giovannoni, que creó Príncipe de los Apóstoles hace 10 años, un gin del nuevo mundo donde se destaca la yerba mate. Tiene además su versión reforzada: Fuerza Gaucha (53% ABV), y una edición limitada, el Rosa Mosqueta (35% ABV). El año pasado lanzó El Profeta, una ginebra seca del estilo London Dry Gin, con fórmula propia y acorde con la tendencia actual de menor graduación alcohólica (35% ABV).
Los hermanos Bruno y Franco Moretti también se vienen destacando. Primero con Buenos Aires Gin, su premiado London Dry lanzado en 2016, y luego, en 2019, con Caporale Oak Gin, el primer gin argentino añejado en barricas de roble. Este año sumaron un Gin Tonic en lata listo para beber, para el que elaboraron una tónica a su medida.
Con un legado familiar de cinco generaciones dedicadas a las bebidas alcohólicas desde 1870, la destilería mendocina Hilbing Franke Distillery cuenta con dos gins premiados: el original Hilbing Malbec Gin, de 2017 -con pasas de uva Malbec entre sus botánicos-, y Hilbing London Dry Gin, lanzado en 2020.
Sur Gin es otro exponente argentino. Inspirado en la Patagonia, utiliza botánicos de esa región: enebro salvaje, sauco y rosa mosqueta –que aportan matices cítricos, florales y dulces–, pieles cítricas, pimientas y otras aromáticas autóctonas. Junto a ellos, el bar 878 lanzó su propio London Dry en el marco de su proyecto a granel que consiste en bebidas sin empaque ni botella. Se llama Margen Sur y tiene 8 botánicos: enebro, coriandro, semillas de hinojo, flores de hibiscos, tilo, clavo de olor y pieles de cítricos.
El primer producto del perfumista Julián Varea fue Heráclito & Macedonio, un gin compound que utiliza procesos de maceración para extraer de los botánicos sus aceites esenciales y sus principales propiedades. En este gin colorado se destacan enebro, coriandro y flores rojas. Luego lanzó el Heraclito London Dry, de corte tradicional con 13 botánicos, entre ellos enebro, coriandro, limón, lima y naranja curazao. Y recientemente, su creación más ambiciosa: Heraclito 40 Botánicos, con una fórmula cuidadosa de su maestro de recetas.
Otras etiquetas de gines argentinos (imposible nombrar -y conocer- a todas), cada uno con su particularidad y todos dignos de degustar: Piel, Restinga, Gina, Ribera, Terrier, Brighton, Covent, Indómito, Kunuk y Bosque.
TENDENCIA
En EEUU y Europa, además de los gins saborizados y la baja graduación alcohólica en algunos productos, se observa una novedad para el mundo de los spirits: gins 0% alcohol. Marcas como Tanqueray y Gordon’s, entre otras, ya tienen su versión para abstemios. ¿Lo veremos en Argentina? No podemos aventurarlo. Mientras tanto, a brindar con el gin favorito de cada uno: como verán, variedad es lo que sobra.
Nota publicada en El Planeta Urbano