¿Por qué será que Victoria Brown es mi lugar favorito? ¿Será porque fui tantas veces que me atienden como a la mismísima reina Victoria? ¿Será porque el lugar y sus cócteles originales me transportan a otra era? ¿O simplemente porque hice nuevos amigos?
Por Lorena Marazzi
Drinks by Marazzi
Si bien Victoria Brown es un speakeasy, no se necesita contraseña para entrar. Sólo saber que existe y dónde, ya que desde la calle sólo se advierte una pared oscura con un insinuante street art. Es más, si uno se asoma, lo que ve es un café tipo pâtisserie que funciona de día.
Inspirado en la época victoriana post revolución industrial, remite más que a un palacio inglés a un sótano donde refugiarse luego de una ardua jornada laboral.
Al entrar, el recepcionista te preguntará por tu reserva y te correrá la cortina cual telón para invitarte a pasar. Y recién ahí ves lo que realmente es el lugar. Muy amplio, con una atmósfera increíble, una onda industrial, rústica, pero sofisticada a la vez. A pesar de los materiales fríos como el hierro, es cálido gracias a la iluminación, los ladrillos a la vista y los elementos de cuero y madera.
Tachos de aceite como lámparas, bombitas colgantes idénticas a las de Edison, máquinas industriales, sillones semicirculares combinados con otros de estilo. Al fondo, unas cortinas de hierro cual ascensor antiguo separan como biombos un área más reservada de mesas.
Inspirado en la época victoriana post revolución industrial, remite más que a un palacio inglés a un sótano donde refugiarse luego de una ardua jornada laboral, lo cual afirma su impronta de speakeasy, más allá de las diferencias de época y latitud.
Su lema Live, love and drink reina en el ambiente descontracturado y en su carta lúdica. Tragos que vienen en bolsas de papel madera con humo en su interior y frasquitos como para terminar la preparación uno mismo apoyan la propuesta de viajar hacia los tiempos de fábricas e invenciones.
Pero lo que prima es la barra: imponente, de mármol, iluminada por dentro. Es un verdadero imán y hace un perfecto contraste con la pared rústica de ladrillos, de donde cuelga un reloj imposible de ignorar.
Ese reloj desnudo muestra su esqueleto y mide el tiempo, que en Victoria Brown pasa rápido y cuanto más acelera, generalmente avanzada la noche, el clima es más el de una disco, de la mano del DJ de turno, a ambos lados de la barra, sin necesidad de bailar. Y aunque los engranajes de ese reloj lo recuerden, en la noche nunca importa qué hora es, sino cuál será el próximo cóctel a disfrutar.
¿Qué pedir?:
La carta de VB divide sus cócteles de autor en Nature, Texture, Intensity y Purity.
También se pueden pedir clásicos y sus reversiones, como por ejemplo, el Farm market Mary: un osado rediseño del Bloody Mary con tequila Patrón Silver en lugar de vodka.
Mis favoritos:
- Amor savage (cachaça macerada con frutillas frescas, limón y clara de huevo).
- Chinatown (sake, mandarina, lychee y bitter).
- Santa Cruz (tequila Patrón Silver, licor St. Germain, albahaca, limón y clara de huevo).
- Tahití Holiday (vodka macerado con pepino, kiwi, lima y lychee).
- Perfume Daiquiri (ron Bacardí superior, licor St. Germain, limón, miel, bitter Angostura y menta fresca). Con este cóctel, Ezequiel Rodríguez fue premiado en el Bacardí Legacy Competition 2015.
Victoria Brown
Costa Rica 4827, Buenos Aires.
Abre de martes a sábados de 20:00 a 4:00.
Tel. 4831-0831
1 septiembre, 2015 a las 7:46 am
Con que exactitud y simpleza describis este lugar tan particular. Tu energia en estas lineas hace que uno desee ir a Victoria Brown. Gracias Lorena